Más acá del arcoiris

Después del viaje de la semana pasada, puedo considerarme más que afortunado, pues visité uno de los pocos lugares de Chile que no conocía, la región de Magallanes.
Lo que vi, me impresionó. Los alrededores de Punta Arenas tiene paisajes realmente fuera de lo común. Cuando ví este arco iris, me acordé de aquél día que pasé sobre Kansas en el avión y pensé, you are not in Kansas anymore. Me acordé de la marmita de oro que esconden los leprechaum y de la canción que canta Dorothy, más allá del arco iris.

Sin embargo, no tuve que ir más allá de aquél arco iris para llegar a donde quería ir Dorothy...

pues al Parque Nacional Torres del Paine, el cual visité hace unos días, sólo le falta el camino amarillo.

Tengo la fortuna de haber visitado muchos lugares. Conozco campos, llanuras y ciudades; montañas, ríos y mares; desiertos, bosques y selva tropical.

Sin embargo, nada se compara a este lugar. Estas fotos no son más que una sombra difusa de lo que ví por esos lados.

Puedo decirlo, sin lugar a dudas: el parque Torres del Paine es, lejos, el lugar más hermoso que he visto en toda mi vida.

Grandes reliquias

Otra cosa que Computer History Museum enseña de forma muy clara, es cómo la tecnología ha miniaturizado los componentes de los computadores. Fíjense, por ejemplo, en estos discos duros.

La foto no dice mucho, hasta que uno la compara con un objeto de referencia.

Esos discos duros, ciertamente, no caben en el gabinete minitower que tengo en mi casa! Sin embargo, eso fue sólo la punta del iceberg. Al dar vuelta el pasillo, encontré... the big one. No quise preguntar qué capacidad tenía... sólo con pensar cuánto ruido debe haber generado ese disco en sus mejores años, me siento feliz de no haber tenido que usar uno de esos para guardar mis datos.

Para terminar, otra sección del museo tiene esta vitrina, donde se muestra uno de los primeros discos duros, comparado con otro más reciente de 1Gb (incrustado en el centro del disco duro grande). Sí que se han achicado!

Computadores... computadores... y más computadores...

Cerca de San Francisco está el Computer History Museum (Museo de la Historia de los Computadores). Aunque es un sitio pensado primariamente para geeks, el ciudadano común y corriente también puede disfrutar bastante. Los artefactos en exposición muestran cómo eran aquellos tiempos legendarios, cuando manejar computadores era más que simplemente oprimir el botón "Siguiente" en una ventanita (bastante más, por cierto).

La mayoría de los computadores ahí exhibidos parecen salidos de una película de ciencia ficción de los años 60. Con miles de interruptores, luces y cables todos enredados, deben haber sido bastante difíciles de programar. Sin embargo, en aquella época aparecieron los primeros atisbos de una "interfaz de usuario amigable", como el computador de más abajo que parece sonreír de forma "amistosa" al usuario.

Estuve un buen rato mirando y sacando fotos. Dada la naturaleza legendaria y enorme trasfondo histórico de cada uno de los artefactos, dedicaré varias entradas de mi blog a detallarlos.