En el área de las tecnologías, especialmente informática y telecomunicaciones, mucha gente predica que el cambio es constante. No es para menos, en las últimas décadas el progreso tecnológico ha ido en progresivo aumento. Basta comparar el tipo de productos y servicios que acceden las generaciones actuales vs. las anteriores. Hace 20 años pocos se imaginaban el nivel de conectividad que tendrían las personas a Internet, ni el grado de pervasividad que los dispositivos móviles alcanzarían. La velocidad de progreso es tal que, año a año vemos novedades que revolucionan el estilo de vida del momento. Sin embargo, bajo un escrutinio ligeramente minucioso, uno se da cuenta que el “progreso constante” no es tan rápido ni revolucionario como lo pintan. Al menos no tanto como para aseverar que, de un año para otro, debemos esperar cambios radicales. Pero si todos los años, incluso, todos los meses hacen anuncios impactantes en tecnología! En teoría, eso es lo que muestran las noti...
Imaginen una persona que profesa una religión, la cual prescribe la existencia de un ser superior (o varios) y que, a través de algún ritual, es posible hacerle llegar mensajes. Por ejemplo, en alguna religión pagana antigua, esa persona habría hecho alguna ofrenda, entonado algunos cantos o realizado una danza para hacer llegar su petición a la divinidad. La creencia común en estos casos es que la comunicación es unidireccional o, al menos, que el mensaje de regreso no se recibe en el mismo lenguaje que el mensaje de ida. Muchas veces la persona interpreta, en hechos indirectos que ocurren a su alrededor, que el ente divino recibió su mensaje y está tomando acciones al respecto. Esta persona habría notado, en cosas de la vida diaria, si sus plegarias fueron o no escuchadas: una lluvia abundante, una cosecha copiosa, un ganado fecundo. Menos probable habría sido esperar que la divinidad apareciera enfrente a responderle verbalmente su mensaje. Qué...